miércoles, 15 de junio de 2011

"De vez en cuando había alguien que se paraba a discutir con Jerry, tratando de demostrarle que era tonto. No soportaban la idea de que aquel tío desgreñado, con su carriola, fuese el hombre más listo del mundo. De manera que le decían: "Siendo el hombre más listo del mundo, ¿cómo es que estás en la calle vendiendo libros?", y otras idioteces burguesas de la misma índole. Jerry, sin embargo, nunca se enfadaba. Con gran paciencia, les explicaba que él en realidad era rico, porque era libre, porque no era un esclavo del salario y no se rompía el culo ocho oras al día en un trabajo carente de significado. Nunca levantaba la voz, prestaba atención cuando el otro le hablaba, y a veces, al cabo de un rato, ambos acababan teniendo una conversación seria sobre algo interesante, y se notaba que Jerry empezaba a caerle bien a su oponente. Algunos llegaban a contarle lo desdichados que eran, con sus trabajos estúpidos y sus matrimonios desgraciados; y no pocas veces acababan comprándole un libro. Con la esperanza, supongo, de que su lectura le alegrase un poco la vida." en Firmin, de Sam Savage

Espero un día ser como el tal Jerry...

1 comentario:

  1. Molaba más cuando Jerry se ponía a gritar que Jesús era comunista.

    ResponderEliminar