lunes, 25 de julio de 2011

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A ver cuanto suben las visitas.

mmm... rubia 19 busca hombre capaz de satisfacer sus perversiones.

y ya que estoy: creo que mandaré a tomar por culo los masters filosóficos y me iré a estudiar uno relacionado con la literatura, y en tal caso, me iría a Madriz un añazo...

miércoles, 29 de junio de 2011

martes, 21 de junio de 2011

Manderlay



Lo primero que puedo decir de Manderlay es que es inconsistente con Dogville. Todo el desarrollo emocional e ideológico de Grace se desvanece por completo en esta secuela. Es un volver a lo mismo. Manderlay empieza como acaba Dogville, con una discusión de tintes moralistas entre Grace y su padre: la misma discusión que tuvieron al final de la primera parte la tienen al inicio de la segunda. Dogville establecía una escisión entre los valores que valen por sí mismos y los que necesitan de un algo externo que les de fundamento: la diferencia entre deontologismo y consecuencialismo, entre Kant y Maquiavelo. El padre mafioso terminaba convenciendo a Grace de que sólo con buenas intenciones no se llega a ninguna parte, pero ese convencimiento, contra todo pronóstico, se desvanece por completo al principio de Manderlay, y al suceder esto la evolución de Grace, que había pasado de ingenua moralista a fría consecuencialista, vuelve de nuevo al primer estadio, convirtiendo la relación entre las dos películas en algo incoherente. Teniendo esto en cuenta podría llegar a suspenderla, pero no lo haré, porque como película independiente es muy buena.

En Manderlay viajamos al pasado desde el presente. Los negros, que en ese entonce sya gozaban de derechos, son esclavos en aquel pueblo. Grace se da cuenta y decide, en consecuencia, terminar con la tiranía para dar luz a la libertad. La película es una apuesta entre Grace y su padre: la primera piensa que la libertad, su significado, es algo perfectamente delimitado, lo que nos lleva a un ideal determinado que, sin embargo, está lejos de ser demostrado empíricamente como real; el segundo, por contra, asegura que hay muchas formas de libertad, y que una de tantas puede darse en estado de esclavitud. Se aleja de un ideal de libertad para introducirse en una esfera completamente distinta: ésta no es algo definible, no es algo cuyo significado podamos, sin más, fijar en un concepto; para él la libertad parece ser algo puramente emocional, sentimental: si tu sientes que eres libre, entonces eres libre.

El desarrollo de la película consiste en el intento de Grace de instaurar un tipo de libertad determinado en Manderlay. Los primeros cuarenta minutos son tremendamente aburridos, y no despega hasta que uno va captando el error de base de la protagonista. Lo mismo que sucediese en Dogville se repite en ésta, aunque en esta ocasión no sea la integridad física de la protagonista la que pende de un hilo, sino su moral. Poco a poco se van dando pinceladas que dejan de manifiesto la problematicidad de instaurar de raíz un tipo de libertad a la que la sociedad no tiene porqué estar preparada. Grace es poco consecuencialista, piensa más en la bondad de sus acciones que en sus consecuencias, todas negativas. De esto nos damos cuenta cuando el pueblo decide condenar a muerte a uno de sus miembros. Ella, que intenta convencerles de lo contrario, no tiene más remedio que aceptar esa realidad, pues es, irónicamente, la consecuencia de un voluntad absolutamente buena (la suya): son las consecuencias de la democracia. Que no se dé cuenta en este momento de su error, que continúe en consecuencia con toda su moralización, puede deberse a dos cosas: a una ida de pinza del guionista o al orgullo de la protagonista. No lo sé.

Las malas consecuencias de la instauración de una democracia en el pueblo llevan a éste a plantearse un retorno al pasado, a la esclavitud: entonces tenían comida, una vida que sin ser lujosa era vivible, tranquila y segura. Ahora, con la libertad, se desata el descontrol y la agonía: al no estar vigilados, constreñidos, los miembros del pueblo no trabajan, primero, y se dejan llevar por sus vicios, segundo. El hambre despierta. Las consecuencias son nefastas. De ahí que decidan volver al antiguo sistema, pero como no tienen un ama blanca que las vigile, deciden obligar a Grace a que constituya ese papel: la esclavizan. Ella, que era libre, que trató de liberar a los esclavos negros, termina siendo esclavizada por éstos.

Se da una relación muy parecida entre el hombre y su mascota: la mascota tiene la vida resuelta, en libertad, sin embargo, tiene que ganarse el pan. En cautividad muchas veces parece que quien manda es la mascota, y que el amo, simplemente, se ajusta a las necesidades de ésta. Esto es lo que les sucede a los esclavos. El pueblo, al darse cuenta de que la libertad implica esfuerzo, decide esclavizar a Grace para que les "esclavice". Irónicamente, los esclavos habían elegido libremente no ser libres.

miércoles, 15 de junio de 2011

"De vez en cuando había alguien que se paraba a discutir con Jerry, tratando de demostrarle que era tonto. No soportaban la idea de que aquel tío desgreñado, con su carriola, fuese el hombre más listo del mundo. De manera que le decían: "Siendo el hombre más listo del mundo, ¿cómo es que estás en la calle vendiendo libros?", y otras idioteces burguesas de la misma índole. Jerry, sin embargo, nunca se enfadaba. Con gran paciencia, les explicaba que él en realidad era rico, porque era libre, porque no era un esclavo del salario y no se rompía el culo ocho oras al día en un trabajo carente de significado. Nunca levantaba la voz, prestaba atención cuando el otro le hablaba, y a veces, al cabo de un rato, ambos acababan teniendo una conversación seria sobre algo interesante, y se notaba que Jerry empezaba a caerle bien a su oponente. Algunos llegaban a contarle lo desdichados que eran, con sus trabajos estúpidos y sus matrimonios desgraciados; y no pocas veces acababan comprándole un libro. Con la esperanza, supongo, de que su lectura le alegrase un poco la vida." en Firmin, de Sam Savage

Espero un día ser como el tal Jerry...

jueves, 9 de junio de 2011

Dogville



Si Dogville es tan buena no es por un planteamiento original, sino por el tipo de ideas que se reflejan en ella, por un lado, y por la forma en la que se plantean y desarrollan, por el otro. Y todo ello con absoluta independencia de si uno es o no capaz de identificarse con éstas. Eso no importa. Tiene un contenido filosófico que yo, personalmente, considero bastante valioso.

Por un lado trata de reflejar una parte importante de la naturaleza humana: la maldad. Dogville deja de manifiesto el primer principio de una sociedad capitalista, y al hacerlo, nos enseña las razones por las cuales un cambio de sistema parece poco probable: somos demasiado egoístas como para pensar en el bienestar ajeno. Lars von Trier exagera esta faceta, es cierto, pero no es algo falso, al contrario, por norma general toda relación interpersonal es hipócrita, falsa e interesada. Muchas sonrisas son mentirosas. Las buenas amistades escasean.

Ese egoísmo se ve bien representado en la necesidad de los habitantes de mantener serena su conciencia: por un lado todos justifican su maldad a través de planteamientos rebuscados y contradictorios; por el otro se alían desde el silencio para ignorar su mierda y poder, en conjunto, seguir abusando de la protagonista. En cuanto ven que tienen esa posibilidad de dominio, de que ella, atada a sus circunstancias, depende completamente de ellos, es entonces cuando todo empieza a cocerse. En tiempos de guerra la maldad humana despierta. Al darse la posibilidad de la violación tanto física como psicológica todos se lanzan a ella. Todos son conscientes de que no hacen nada bueno, pero como todos lo hacen, ninguno decide frenar sus instintos.

Lo más interesante, sin embargo, no reside en la actitud del pueblo sino en la forma en la que Grace, la protagonista, afronta toda la mierda que le restriegan. Sus convicciones morales, de tipo relativista-determinista, le impiden tanto juzgar como odiar, ya que, según este tipo de planteamientos, todos somos víctimas tanto de nuestras circunstancias como de nuestra conciencia: nadie puede hacer otra cosa que la que haría. Por eso ella no se defiende, por eso ella no juzga. Su padre no niega esa verdad, lo que niega es su utilidad, de ahí que adopte una actitud maquiavélica: el fin justifica los medios. El tipo de sociedad que se refleja en Dogville es de todo menos útil para el progreso de la humanidad, y por eso, en un final, se hace necesario exterminarla: como Sodoma y Gomorra, Dogville debe ser exterminada para darle una lección al mundo. Grace no decide exterminar al pueblo porque sienta rencor por sus habitantes, sino porque el resultado es una moral que progresa y endereza al ser humano. Es cierto que, sin embargo, sí que hay algo de odio, pero eso no cambia el planteamiento: no es la principal razón del exterminio.