viernes, 18 de marzo de 2011

Es inevitable no adorar a un Dios. Él no ha muerto, nunca lo hizo, se adaptó a las circunstancias tomando la forma de ideología. Pero seguid, continuad con todas esas críticas a la religión y a un tal Dios: son absurdas, no resuelven nada y no dejan sino de manifiesto el mismo borreguismo que tratan de señalar.

8 comentarios:

  1. La única diferencia entre yo y Dios es que yo si existo.

    PD: Las "justificaciones" de la religión y/o de la fé basándose en que hay cosas que despiertan la misma pasión o sentimiento en los hombres... me parto la polla. =D

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  2. Que Dios exista no es importante. Y sí, es algo que debería hacer razonable su creencia para un no creyente del tipo materialista como yo, y si piensas que no, argumenta o calla, perroflautero mamón.

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  3. Es cierto que el ser humano tiene la capacidad de "desvirtuar" absolutamente todo, de, por ejemplo, convertir el fútbol en política y la política en fútbol, por así decirlo. Y en ese sentido, vale, podríamos decir que dios ha tomado la forma de ideología, por así decirlo también.

    Pero es que todo lo que encierra un acto de fe y/o una creencia religiosa, aunque la consecuencia final o el resultado sea parecido a otros fanatismos a los que "aferra" el hombre, todo lo que encierra ello, digo, la religión y las ideas intrínsecas a ella, es totalmente incomparable a cualquier otra "fuerza motriz".


    Por eso aunque yo pueda adorar la filosofía hippy con fanatismo pleno e idéntico al de un extremista musulmán; en realidad no pueden ser actos comparables, pues surgen de fuentes totalmente distintas.

    La religión es distinta de cualquier otra idea humana. O por lo menos esa es la noción y la vivencia que yo tengo de ella. Me hace mucha gracia, pues, cuando oigo cosas del estilo <>

    Los cojones treinta y tres, coleguilla. Los cojones treinta y tres. Yo podré ser un psicópata de la "ciencia", pero no es comparable a tu psicopatía religiosa, ni divina. Nada es comparable a ello. Por más que el ser humano se obceque en dejar todo lo demás, decía, al mismo nivel (política, fútbol, gente conocida que ama u odia, dogmas filosóficos o científicos...) Pero la idea de dios no es comparable a nada de ello, aunque un resultado final pueda parecer igual.

    Eso es lo que pienso, vamos.

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  4. ¿y si tu "ideología" cambia a lo largo de tu vida es que cambias de dios al que adorar?
    ¿Su adaptación a las circunstancias es en realidad un cambio en la mentalidad de la gente, lo cual quiere decir que es una idea o sentimiento que está en nuestra mente y por tanto es algo que no existe (en el sentido tradicional de la palabra) como la felicidad, un mareo,o esa sensación que tenemos de ser los poseedores de la verdad? lo sé, es una pregunta muy larga

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  5. Dios existe y tiene un pollón de tamaño infinito. Así que dejate de tantas discusiones estúpidas y ponte a chupar. ans

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  6. No hablo de la idea de Dios en sí, hablo de las religiones que en su seno tengan una serie de valores morales defendidos como absolutamente verdaderos. Es en ese sentido en el que toda religión es idéntica a toda ideología, en el sentido de que en ambos casos estamos hablando de un manual para la vida que comúnmente tratan de imponer desde unos costados a otros; de modo que “la verdad moral sea esta y necesaria, y si no la aceptas, eres un hijo de puta, un fascista y todo lo que yo diga que eres”. Está claro que la religión tiene otros niveles, que implica también cierta relación trascendental con el mundo o un ente divino, pero al margen de ello no existen verdaderas diferencias. En el fondo todo son dogmas indemostrables que guían nuestra existencia y que tratan de predominar sobre todos los demás.
    Espero haber sido lo suficientemente específico. Tus creencias en lo bueno así como todas aquellas cosas que te dicen como moverte por el mundo tienen el mismo fundamento empírico que la idea de Dios: ninguno. Y pueden o no ser razonables a la luz de ciertos principios, esto es, pueden tener una estructura exenta de incoherencias y contradicciones (aunque esto muchas veces le sea antinatural a la conciencia humana). Y sin embargo piensas que son verdaderos, ¿y eso por qué? Porque esos valores son tu vida, son el sentido de tu vida, y ahí radica el verdadero sentido de esta, de cualquier vida: en el dogma que nace de una conciencia influida tanto por lo externo como por sí misma. Y sin esos valores, ¿qué te queda? No queda nada: un sin sentido absoluto, los necesitas para vivir, necesitas el dogma, una verdad que no es tal pero que la sientes tal.

    Todo esto me ayudó hace pocos años a hacer razonable la creencia de Dios. Sólo tuve que mirarme al espejo y preguntarme por qué a cualquiera de mis valores.

    Creo que esto también responde a la pregunta del don anonimus. La ideología cambia, y con ello los dogmas que hacen caminable la vida. Tanto Dios como lo bueno no existen más que en nuestra propia conciencia, aunque sean consecuencia de lo que hay fuera. No existe una diferencia real. Ajá, que tengo que mirarme esto un poco más y extenderme, que puedo, y quizás para ello me venga bien determinado librillo de un tipo que no me cae especialmente bien: Nietzsche, quien ya advertía que el vacío creado por la “muerte” de Dios podía ser ocupado por el de la ideología.

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  7. don anonimus está parcialmente de acuerdo. En que sin valores queda un vacío. ¿Cómo se vive sin valores? Lo más parecido que se me ocurre es actuar por instintos, pero es otro tema y puede que me equivoque. En otras cosas no estoy de acuerdo pero me da pereza, ya discutiremos, siempre que no te enfades al acerlo ;)

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  8. no pretendo que nadie acepte que sus valores son una mentira, porque no se puede. A no ser que decidas amargarte y cruzar la línea.

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