martes, 1 de febrero de 2011

«Calcular la marcha del mundo no significa comprenderlo»

Lotze

Esa pretensión estúpida de descifrar el sentido de la vida a través de la extrema fisicalización de la conciencia humana... gilipolleces, aun cuando la conciencia fuese perfectamente delimitada no resolveríamos nada, puesto que ese tipo de cosas, ya sean valores morales, estéticos, teológicos... son cosas que en su experimentación llegan a trascender a la realidad, cosas que ponemos nosotros sobre el mundo pero que no pertenecen al mundo. Al mundo pertenecen las experiencias de lo bueno, de dios, de lo bello... pero a ese mundo no pertenece un criterio último que determina lo objetivamente bueno o bello; es decir, en el mundo no se da, en ningún caso, que una acción sea mala o buena, lo que se da es la experimentación de malo o bueno en un sujeto; se da, más concretamente, una experiencia moral o estética, pero sobre qué partes del mundo pueda darse esa experimentación es una cuestión absolutamente relativa. La moral es parte del mundo en la medida en que es una experimentación de la conciencia; en el mundo no existe lo bueno, existe la experimentación de lo bueno, sobre qué se experimente no está nada claro. El miedo, por ejemplo, es una experiencia común, pero no es algo que depositemos todos sobre la misma cosa, es decir, no todos tenemos miedo de las alturas o de la oscuridad. Lo bueno no está en la cosa, es causa de ella, sí, es causa de la sensación de, y en consecuencia pensamos que ahí, en esa cosa, en ese hecho del mundo, está lo bueno, lo bello, el miedo... y depositamos sobre su seno la verdad "eso es bueno". De esta forma, primero, qué sea bueno, no ya la sensación, es algo independiente del mundo, algo que no le pertenece; y segundo, sobre qué depositemos esa experiencia es algo relativo a nuestra propia conciencia.

A lo sumo, un naturalismo extremo, suponiendo que llegase a una etapa última de desarrollo en la que descifrase los enigmas de la conciencia, podría calcular ante qué circunstancias una Conciencia A, B, C... tiene la experiencia moral de bueno o malo, de bello o feo, pero no podrá determinar qué sea bueno o malo, lo único que podrá averiguar es por qué las personas piensan que eso es bueno o malo. Pero así no se comprenderían nada. Para comprender algo es necesario sentir, y algo se siente de verdad cuando sientes la necesidad de su verdad, cuando la imposición de tu voluntad sobre el mundo, que es la del universo, se hace necesaria.

5 comentarios:

  1. ¿Y no forman, las personas y su conciencia y su capacidad de análisis, parte de este mundo? Imagino que estarás de acuerdo conmigo en que sí.

    Entonces, no podemos afirmar categóricamente que la experimentación de algo no le pretenezca...Hay quien tiene miedo a las alturas y hay quien no; el miedo a las alturas es independiente de las alturas. ¿Pero esto es así 100%? Porque, si no hubiera alturas, no exisitiría ese miedo...

    Yo opino que al afirmar que lo "algo" no está en la cosa pero que es causa de ella, que ese "algo" es sensación derivada de la cosa y que le pertenece exclusivamente al ser que lo experimenta, te contradices, ya que ello, dicha experimentación, en sí misma, convierte a sensación derivada en parte de la cosa. En la medida en que es esa cosa la que es susceptible de ser experimentada, y no otra. Creo que me estoy explicando como el culo, by the way.

    Es un tema que me he planteado varias veces, y, no te creas, todavía no llego a una conclusión que me satisfaga. Si le preguntásemos al sol ¿qué, de la tierra, es bueno? nos diría que, para él, es indiferente todo. Pero, ¿bajo qué términos puede postularse si algo es bueno o malo para otro algo, para algo sin consciencia? Por ejemplo, la presencia de materia es buena para la formación de un Sol, por ser necesaria. ¿Entonces puede asumirse que lo necesario es lo bueno, cuando jugamos en términos no humanos? Tampoco lo tengo del todo claro.

    Lo que sí tengo claro es que pienso que te precipitas al llegar a estas conclusiones.

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  2. te diré de momento que lo has entendido mal. Es mi culpa, pero es algo difícil de expresar. Me voy a dormir. Ya te doy por culo más tarde y eso, ignorante de la vida.

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  3. Entonces, ¿vas a iluminarme con tu inigualable sapiencia o ni te merece la pena?

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  4. depende de si me apetece o no más tarde. Lo hubiese hecho ayer, pero no dormí nada (literalmente) y no tenía la cabeza en su sitio (menos todavía).

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  5. Está claro que cuando experimentas algo la causa de ello (en estos casos) es una cosa, lo que sea. Una vez experimentas ese algo despierta en ti alguna sensación, en este caso hablamos de sensaciones del tipo moral o estético. Tú recibes un estímulo externo y respondes a ese estímulo de una forma determinada, y al mismo tiempo, al ser estimulado, depositas sobre esa cosa que te estimula un contenido determinado: bueno, feo, miedo, etc. Pero en la cosa que te estimula no está el miedo ni lo bueno ni lo feo, eso es algo que se produce como consecuencia del choque de tu conciencia con la cosa, y por tanto es una cuestión relativa. De esta forma, al delimitar por completo la conciencia de una persona, suponiendo que fuese posible hacerlo, no conseguirías determinar lo que es bueno o es malo, lo que conseguirías es predecir el resultado de una conciencia chocando contra un acontecimiento, pero en ningún caso se daría con normas universales sobre la moral. Esto sucede porque lo bueno no está en la cosa, ni la moral tampoco. Lo bueno o lo malo abraza la cosa tras despertar ésta en ti el sentimiento moral. No forman parte del mundo externo, porque no forma parte intrínseca de ninguna cosa, sino sólo de una conciencia. Cuando decía que no formaba parte del mundo me refería a que no formaba parte de lo externo, sino de lo interno.

    El caso que pones del sol, cuando usas el término "bueno", lo usas en un sentido distinto, no moral, sino más bien instrumentalista: es útil para el sol que se de x.

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